22Dic
2013
Escrito a las 11:17 am
Anne Gregory, presidenta de la Global Alliance, compartió en Madrid su conocimiento y experiencia con los socios de Dircom.

Anne Gregory, presidenta de la Global Alliance, compartió en Madrid su conocimiento y experiencia con los socios de Dircom.

Anne Gregory, presidenta de la Global Alliance for Public Relations and Communication Management, la entidad que junto a Dircom organiza el próximo Word Public Relations Forum (WPRF Madrid 2014), desgranó durante su reciente visita a la capital de España las expectativas que tiene un consejero delegado (CEO en inglés) respecto a su director/a de comunicación:

  • Inteligencia prospectiva.
  • Conexiones con el exterior y el interior.
  • Soluciones a problemas.
  • Entrenamiento y consejo.
  • Una nueva y auténtica narrativa.
  • Competencia técnica.

De acuerdo con estas expectativas, el dircom debe ser un profesional con experiencia que actúe como consultor, trabaje en todos los niveles de la organización y resuelva los problemas que afectan a las relaciones con los grupos de interés y a la reputación.

Yo añadiría una séptima expectativa o competencia: proveedor de inteligencia emocional. Porque para resolver problemas o mantener operativas las conexiones con el exterior y el interior se necesita una interpretación emocional. A menudo no basta con un análisis racional de causas y efectos, es necesario acudir a la raíz emocional del problema para abordarlo con garantías de éxito. Algunas de las dificultades realmente más graves a las que se enfrentan las organizaciones son la consecuencia de una deficiente conexión emocional. De hecho, la propia presidenta de la Global Alliance señaló que una de cada cinco fusiones fracasan por el desencuentro entre distintas culturas empresariales.

Motivación, implicación y compromiso son sentimientos que van mucho más allá de las retribuciones procedentes de salarios o de posiciones en el organigrama. El dircom tiene la responsabilidad de incorporar estos sentimientos, imprescindibles para el éxito a largo plazo de una organización, en la agenda del primer ejecutivo.

Obviamente, la profesora Anne Gregory dibuja un ideal al que hay que tender, una visión de la profesión de comunicador que está cada vez más cerca, pero que aún requiere muchas dosis de convencimiento. La gestión de las relaciones con los medios de comunicación sigue pesando mucho en la percepción y valoración del trabajo del equipo de comunicación. Una visión convencional y obsoleta de la comunicación que tiene un componente generacional, pero que también es fruto de la resistencia que provoca la aceptación de que el mundo ya no solo es vertical, ordenado y jerárquico, sino también horizontal, caótico y multipolar. Un nuevo mundo off line/on line que requiere menos jefes y más líderes.

El perfil que dibuja Anne Gregory es posible y necesario. Para desarrollarlo en toda su plenitud es imprescindible que el dircom se prepare a conciencia, desde la consciencia de sus debilidades, y convenza a sus jefes de que la comunicación puede aportar mucho valor a través de la gestión de los intangibles. El desafío es enorme, pero otra de las características del dircom debería ser no tener miedo al cambio.

Por ello, tal vez el título de este post no debería ser «¿Qué espera un CEO de un dircom?», sino «¿Qué debería esperar un CEO de un dircom?».

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