El piloto español Dani Pedrosa fue detenido el pasado sábado, junto a otras 20 personas, por una supuesta trama fraudalenta en los exámenes para obtener títulos náuticos. Pedrosa fue sorprendido in fraganti cuando realizada el exámen con un ‘pinganillo’ por el que recibía las respuestas a las preguntas planteadas en un cuestionario.
En menos de 48 horas el piloto español envió un comunicado a través de su abogado a Europa Press, en el que admite su error, ofrece sus disculpas y reconoce haber aprendido la lección. «Siguiendo un mal consejo he cometido un error», afirma textualmente en la nota remitida a la agencia de noticias.
En la reacción de Pedrosa se intuye la mano de un experto en comunicación o, al menos, de un asesor con la sensibilidad suficiente para saber que el episodio no iba a pasar desapercibido y que, dadas las circunstancias, anticiparse y pedir perdón era la mejor opción posible.
En un primer análisis, la decisión adoptada reúne tres condiciones básicas de una buena comunicación: anticipación, sinceridad e interés humano. La detención de quien ha sido varias veces campeón del mundo de motociclismo sería pública más temprano que tarde. Al admitir los hechos, Pedrosa se ha convertido en el sujeto primario de la comunicación y ha marcado el ritmo y los contenidos por los que será socialmente juzgado.
La ofrenda pública de perdón es otro acierto, porque si bien lleva implícita la admisión de la culpa, acentúa el lado humano y genera complicidades. Y, finalmente, al señalar que asume los hechos como una buena lección, vuelve a catalizar simpatías y subraya el lado humano de una celebrity deportiva.
No son pocos los que deberían tomar buena nota de la determinación de Dani Pedrosa, al que una buena estrategia de comunicación evitará que se convierta en un personaje más de la picaresca española. Bien es cierto que, como toda acción provoca una reacción, ahora las miradas se dirigirán hacia quién le convenció para intentar saltarse la chicane…
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Un comentario
Sin duda, Pedrosa ha reaccionado -seguramente, bien aconsejado- con inteligencia y rapidez. Ahora se enfrenta a dos problemas: la tendencia que tenemos a simplificar la percepción que tenemos de otras personas, especialmente si son famosas, y el eco de las redes sociales.
Gente con trayectorias brillantes como Fernán Gomez o Umbral quedaron «estigmatizadas» para siempre por un solo gesto. Y, además, las redes sociales contribuyen a amplificar y a conservar estos momentos negros. Hoy Dani Pedrosa es trending topic.
¿Cuáles son los pasos que darías ahora si fueras el asesor de comunicación de Pedrosa? Yo no lo tengo claro…
¿Acabará yendo a la tele a pedir perdón, como tanta celebritie yanki que ha pasado por el púlpito de Oprah?
Creo que Pedrosa aún tiene que hacer algo más para recuperar el brillo de su marca personal.
Un abrazo fuerte, José Manuel.
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