18Mar
2012
Escrito a las 11:11 pm

Tras cuatro horas de trekking, dos de ellas bajo la lluvia, el macizo del Paine nos ‘regaló’ apenas 15 segundos sin nubes, suficientes para descubir la torre central del Paine.

En un mundo hiperconectado resulta difícil en ocasiones enfrentarse en soledad a las dudas que anidan en nosotros mismos. Es demasiado fácil acudir a la consulta o al consejo del otro, incluso automedicarse vía Internet. Sin embargo, las reflexiones más profundas son aquellas que se cuecen lentamente en el subconsciente, se hornean en el consciente y se sirven en el plato de la amistad tras un largo periodo de preparación sin más ayuda que la del otro yo.

La montaña ofrece esa oportunidad. Una semana de trekking en Torres del Paine (www.parquetorresdelpaine.cl) y en El Chaltén (www.elchalten.com) me han permitido asentar algunas reflexiones acerca de la vida personal y profesional al amparo de las enseñanzas que te brinda la montaña. He aquí su síntesis: 

1. Siempre hay que seguir un camino. Tal afirmación puede resultar obvia, pero no lo es tanto si pensamos en la gran cantidad de atajos que el propio camino nos ofrece en cruel tentación. En la montaña debes seguir la senda marcada, que es la que ha sido trazada por la experiencia y, en consecuencia, no sólo garantiza que estás en la buena dirección hacia el destino predeterminado, sino que es la más segura.

Es verdad que salirse del camino, trasgredir la dirección de la mayoría, puede conducir a un descubrimiento, pero para que merezca la pena tal riesgo es necesario tener claro el destino. Alterar el rumbo sin cambiar la meta. Y, desde luego, hay que asumir los peligros que tal decisión implica y, por lo tanto, extremar las precauciones.

2. Tener la meta presente. Los montañeros acabamos encontrando placer en el camino. Ello es así porque tenemos una meta, un destino que nunca es un final. Vagar sin rumbo, caminar por caminar puede servir como escape para una situación de estrés; incluso en esa circunstancia la meta es el círculo.

Pensar en la cima ayuda a conseguirla porque proporciona fuerza y determinación. Ocurre lo mismo en el entorno empresarial: la visión confiere un sentido superior a la misión. Una empresa o gestor que sólo se mueve por la misión estará dando vueltas sobre sí mismo, con su desempeño como única referencia. La visión hace que la mirada descanse en el horizonte y supere las dificultades del presente.

3. Dosificar las fuerzas. Los caminos que merecen la pena suelen ser largos. Y siempre queda el regreso. Si se intenta forzar el ritmo para llegar antes, puedes desfondarte y entonces el retorno se vuelve eterno. Hay que coger el ritmo que cada cual es capaz de establecer o dejar que el grupo tire de ti.

En el ámbito laboral, siempre se puede correr más; sin embargo, ello no garantiza que se llegue antes al destino. Y en la vida la mejor forma de alargar el fin es degustar el camino, vivir cada día como si fuese el último con la convicción de que no lo será.

4. Dejarse guiar. Las referencias son fundamentales. El guía te dirige, te da seguridad, reduce tus inseguridades, te insufla confianza.

Es el mismo papel que desempeñan los mentores y los coachs. No hay que esperar a los estertores de la vida para descubrir y valorar a aquellos que te han ofrecido generosamente sus consejos. Cuanto antes los identifiques primero sabrás apreciar su ayuda.

5. Ir preparado para la contingencia. Los montañeros sabemos que en la montaña la meteorología puede cambiar en apenas un instante. Ello implica que debes ir preparado para el calor, el frío, la lluvia y el viento. Los chilenos dicen de Torres del Paine que es un lugar donde te puedes encontrar las cuatro estaciones en un mismo día.

Los conocimientos y la experiencia son el equivalente al equipamiento técnico, fundametalmente la ropa, en el entorno alpino. Prepararse incluye estar dispuesto a renunciar al ascenso. La prudencia es la mejor compañera en circunstancias adversas. Detenerse y esperar a que el temporal amaine pensando que toda ida tiene su vuelta.

 

Con mi compañero de trekking, Ángel González, que encuentra en la montaña una forma de superar sus cimas.

 

5. Asumir que la cima es sólo una etapa. Hay que pensar en la meta, pero ésta es sólo el punto que marca el final de una etapa. La felicidad está en el camino, que se debe degustar. Cada paso, cada mirada, cada bocanada de aire fresco que respiras es un momento único, irrepetible. La mayor recompensa es sentirse intensamente vivo.

Decía Ingmar Bergman que “envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”.

La montaña es libertad, esperanza, esfuerzo, recompensa, riesgo, amenaza, camino, cima, ascenso y descenso… como la vida misma.

 

12 comentarios

001
Angel Herrera
19.03.2012 a las 16:29 Enlace Permanente

Buen texto para reflexionar,lastima que del camino casi siempre nos acordamos mas de las piedras que de por que iniciamos el camino o a donde queremos llegar y por que
Gracias amigo por volverme a situar en el rumbo correcto

002
JMV
19.03.2012 a las 20:38 Enlace Permanente

Me alegro que mis reflexiones te ayuden. Me alegra ayudar a los amigos. Es la mejor recompensa posible al esfuerzo de compartir mis ideas.

003
Antonio
20.03.2012 a las 13:28 Enlace Permanente

JOSE Manuel:interesante reflexión .En estos momentos de incertidumbre deberíamos proponernos la búsqueda de espacios de tiempo para reflexionar ,cambiar acción por pensamiento,urgencias por calma.para alumbrar una guía de supervivencia como las que has fabricado en el descanso de la escalada

004
sebastián
20.03.2012 a las 13:48 Enlace Permanente

Excelente aportación José Manuel.
Muchos piensan que a la montaña uno va porque quiere a diferencia de la «vida» que te lleva aunque no quieras; pero eso sólo pasa con personas diferentes a ti y a Angel.
Comparto con vosotros que la montaña es parte de «ese camino que se quiere seguir, cuya meta se conoce y donde la cima es sólo una etapa…».Enhorabuena.

005
Juan Pajares
21.03.2012 a las 10:54 Enlace Permanente

Bien traído, presidente…

006
Amalia Blanco
21.03.2012 a las 17:12 Enlace Permanente

Buena reflexión. Y que importante no empezar el camino hasta que tengamos claro donde queremos llegar.

007
Pilar López
21.03.2012 a las 23:14 Enlace Permanente

Me ha encantado el post. Muy práctico. Me siento identificada. El esfuerzo siempre tiene una recompensa. Mi padre siempre me dice que la vida es una trayectoria.

008
JMV
24.03.2012 a las 01:06 Enlace Permanente

Querido maestro: comparto contigo la idea del déficit de pensamiento. Lo cierto es que estamos sobrados de gestores del presente y escasos de inventores del futuro; y necesitamos más de los segundos que de los primeros. Hagamos algo al respecto.

009
JMV
24.03.2012 a las 01:06 Enlace Permanente

Lo traigo para que otros se lo lleven…

010
JMV
24.03.2012 a las 01:07 Enlace Permanente

Cierto, se hace más camino al pensar que al andar.

011
JMV
24.03.2012 a las 01:08 Enlace Permanente

Tu padre es sabio.

012
adolfo pizcueta
02.04.2012 a las 17:43 Enlace Permanente

Estoy totalmente identificado con tus comentarios,sin un camino claro caminas sin direcci.on y es muy dificil conseguir metas concretas.

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