10Mar
2014
Escrito a las 2:47 pm
¿Quién arroya  a quién? Foto de saninet

¿Quién arrolla a quién? Foto de santinet

«Es muy fácil decir que un caldo es casero. Por eso, pedí a Gallina Blanca que me lo enseñara y comprobé que es un caldo hecho solo con ingredientes naturales cocidos tres horas a fuego lento y con la mejor garantía: la suya«.  Así relata Pedro Piqueras su visita de bata impoluta a la fábrica de Gallina Blanca y al supuesto hogar de una familia española feliz de consumir tal manjar, el único, según el presentador de informativos de Telecinco, con «compromiso casero garantizado«, sello que pronto podría figurar entre el portafolio de AENOR.

Y luego nos sorprendemos de que la confianza se deteriore. Incluso de que se degrade en forma de pérdida de credibilidad entre un colectivo, los periodistas, cuya reputación descansa en buena medida sobre ella. Afortunadamente, la actuación de Pedro Piqueras es un ejercicio publicitario en toda regla, sin trampa ni cartón (¿?), separado de los informativos por una cortinilla que anuncia el regreso a la tele-realidad en unos minutos. Peor sería que el propio presentador se girara entre noticia y noticia y anunciara las bondades del caldo casero como si de un reportaje más se tratara, práctica habitual en los espacios del tiempo y los deportes.

La burbuja inmobiliaria se habrá pinchado, pero la que se hincha de falta de rigor, superficialidad, frivolidad y déficit de respeto hacia las audiencias aún exhibe una esférica salud. El periodismo está perdiendo influencia, tal vez porque se empeña en mantener audiencia sin importarle su pasividad, su descreimiento, su desafección hacia la línea editorial.  En este oficio también se aprecian los desperfectos causados por la liquidez social: la falta de compromiso con los valores profesionales, entre ellos el respeto a la ética y a la estética de la verdad.

Amancio Fernández, veterano periodista hoy en versión digital (diarioabierto.es) , asegura que la crisis que más le inquieta respecto a los medios no es la económica o la tecnológica, sino «la relajación de la profesionalidad». Esa es precisamente la crisis más grave de los medios de comunicación que pretenden, pese a todo, hacer periodismo. Y he aquí la amenaza potencialmente más dañina: los medios pueden cambiar el periodismo por el entretenimiento, pero los periodistas no, y si lo hacen, rinden su influencia a cambio de un plato subvencionado de lectores, oyentes o espectadores.

En ocasiones la publicidad toma por tonta a la audiencia. «Las manchas enseñan a vivir» o «quiero ser ‘bankero» son algunos de los miles de ejemplos que ilustran la falta de sintonía con la realidad de las personas. Cuando un presentador de informativos prescribe caldo casero producido de forma industrial, un meteorólogo anuncia «buenas noticias» tras las malas dejadas por las borrascas (hoy ciclogénesis explosivas) o un reportero de deportes que luce una cerrada barba recomienda afeitarse con tal marca están cocinando periodismo con ingredientes no naturales.

La falta de consideración por la audiencia no solo es aplicable a esta confusión entre información y publicidad, sino también a las versiones de la realidad tamizadas por el filtro de los deseos partidarios, a las noticias que jamás deberían figurar en tal categoría, a los episodios intrascendentes que llenan el espacio de los telediarios, a las opiniones infundadas vertidas en tertulias y debates… a tanta y tanta frivolidad.

Por eso, cuando la indignación por las malas prácticas profesionales me enciende, mi conciencia se deja enfriar por la valiente campaña de Media Markt y pienso: «Que yo no soy tonto, ¿y tú?»

4 comentarios

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Miguel Pujante
10.03.2014 a las 20:52 Enlace Permanente

Muy buena entrada…

Los publicistas han/hemos estado quemando el mercado de la publicidad en general y de la televisión en particular, no tienen/tenemos ninguna credibilidad ante la audiencia. Esa misma audiencia que se ha cansado de niñas de 14 años anunciando cremas antiarrugas…

Desgraciadamente en medios generalistas anuncian que sus periodistas se transforman en comunicadores y dejan de ser eso… periodistas,

La desbandada de los periodistas hacia los medios sociales encabezando blogs y siguiendo por estrategias de marketing on-line es tan ridicula como decir que un mecánico de coches puede ser un experto en la reparación de motores nucleares en un submarino de la sexta flota.

Es una pena que en los cuerpos de los informativos se haga publidad, pero que además lo hagan los mismos pseudoperiodistas en un afán de convertir la publicidad en infocomercial ya me parece patético… ¿qué hace el señor/señora del tiempo (presumiblemente no es periodista si no metereólogo) anunciando las bondades de la cuenta naranja? si al menos hablara de las empresas que ofrecen servicios de recuperación del ecosistema….

La verdad es que como siempre se acaban confundiendo churras con merinas y ese siempre será el problema… que un periodista no se gane el pan haciendo lo que sabe es preocupante pero es peor que personas sin conocimientos en marketing hagan ver que son especialistas en eso me parece todavía peor

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JMV
10.03.2014 a las 23:08 Enlace Permanente

Estimado Miguel:
Como en el buen caldo casero, tu comentario enriquece mi post. Gracias por compartir tu reflexión.

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Alejandro
11.03.2014 a las 12:16 Enlace Permanente

Yo no sé si soy tonto o no.
Lo que si se es que, efectivamente, la campaña publicitaria de Piqueras denosta a los profesionales del periodismo, resta credibilidad a la profesión y ahonda, aún más, la brecha entre el periodismo y la «calle», cuestión grave a mi juicio.
Por otra parte, la otra campaña, la de yo no soy tonto, me cansa, me aburre y además con los hechos demuestra su falsedad, cuestión esta que pone sobre la mesa ¿quién vigila la veracidad de la publicidad?.
Si la publicidad miente «porque es logico». Los politicos mienten en campaña (y en otros momentos) «porque todo el mundo sabe que se miente». ¿Cuál será la respuesta de «la calle»?. Me temo que pasar olímpicamente de todo con la gravedad que ello comporta.

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CristinaSM
14.03.2014 a las 12:41 Enlace Permanente

Estudio Comunicación y RR.PP y cuando leo como estas pienso en no «cagarla» así…
Mi reflexión es…Queremos vender pero para ello no hay que desprestigiar nuestras profesiones, las cosas se pueden hacer bien, calentémonos la cabeza.

http://daytwodayblog.wordpress.com/

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