El mundo es una fábula protagonizada por personas de carne y hueso que se comportan como si fuesen personajes de cuento.
Personas y personajes entrecruzan sus vidas en una suerte de esquizofrenia individual y colectiva que sólo la comunicación logra encaminar por la senda de una aparente cordura. El diálogo es la herramienta que permite la gestión entre el consciente y el subconsciente, entre la esfera personal y la dimensión social, entre los tangibles y los intangibles.
Vivimos tiempos de tanta confusión y egoísmo que la realidad siempre supera a la ficción. La vida se configura como un relato entre relatos, donde los protagonistas son capaces de conjugar al mismo tiempo las primeras personas del singular y del plural, pero se muestran incapaces de vivir el tú.
La explosión digital ha disparado las posibilidades para declinar el yo y compartirlo con los demás. Cada persona quiere ser y es protagonista de su propia historia y no se resiste a contarla, a menudo bajo la pulsión de la prisa.
El blog que este post inaugura tal vez sea una expresión de vanidad, pero intentaré que responda mucho más al deseo de comunicar y de ser comunicado, a la vocación de aportar ideas y reflexionar acerca del valor, las responsabilidades y las ambiciones de una función que es cada vez más estratégica para las organizaciones.
El gran reto de la Humanidad es la convivencia: con el entorno natural y con nuestros congéneres… consigo misma, al fin y al cabo. «Fábulas de comunicación» pretende ser un espacio de diálogo conmigo mismo, con un profesional de la Comunicación que busca certezas en un tiempo de incertidumbres, que persigue ideas en un territorio sobrepoblado de prácticas y que anhela consensos donde otros ven competencia.
La humildad es un ejercicio intelectual. Hay que doblegar al egocentrismo para impedir que el personaje que interpretamos cada día acabe devorando a la persona cuya historia construimos durante toda una vida. No quiero tener la razón (la razón se tiene sola), sino comunicar mis razones para construir una profesión más relevante, íntegra y consistente. Mis entradas no solo aceptarán la crítica, sino que la necesitan para prosperar.
Al fin y al cabo, mi cita preferida es aquella en la que Groucho Marx decía: «Citádme diciendo que me habéis citado mal».
Comenzamos…
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2 comentarios
acabo de leer este escrito y , ademas de estar absolutamente de acuerdo, me pasa eso de no escribir realmente toooodo lo que me sale porque no creo que realmente le interese a alguien lo que tenga que decir ya que la mayoria de las cosas que me inspiran son las situaciones del dia a dia ; todo me parece buen tema para expresarme; pero me parece que no le interesa a nadie por la misma prisa con la que viven. Tambien pense en hacer como que solo se trata de un libro de bitacora propio,pero no tendria sentido; no se, asi es como no he escrito ultimamente pero lo necesito.
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