El camino de la comunicación lleva al oasis de la relevancia.

El camino de la comunicación, marcado ya por la huella digital, debe llevarnos al oasis de la relevancia profesional.

En la presentación del Anuario de Dircom, Anne Gregory, presidenta de la Global Alliance for Public Relations and Communication Management, la federación que integra a asociaciones de comunicadores en todo el mundo, enumeraba las ‘megatendencias‘ que, a su juicio, impulsan la función que compartimos. A su observación he sumado mi reflexión, de tal suerte que he sintetizado siete grandes tendencias:

1. La comunicación es una profesión en crecimiento cuantitativo… La tasa global de crecimiento de los profesionales que nutren el sector se sitúa en un 12%. Aunque este incremento del número de profesionales es generalizado, Asia muestra el avance más rápido, un claro reflejo de la demografía. China, por ejemplo, ya suma más de un millón de comunicadores.

2… y cualitativo. Cada vez hay más organizaciones que sitúan a la comunicación en el primer nivel de responsabilidad. Aún así es necesario seguir reivindicando la presencia del director@ de comunicación en el comité ejecutivo o de dirección, con aquellos que tienen la responsabilidad y las competencias para tomar las decisiones. Del mismo modo, el reconocimiento jerárquico implica una exigencia para nuestra formación en habilidades directivas.

3. La complejidad de la función aumenta. La comunicación es una función «in», puesto que gestiona interconexiones e interdependencias en un entorno cada vez más internacional. El mayor alcance de la comunicación ha ampliado también el rango de sus responsabilidades, conocimientos y herramientas.

4. Las fronteras entre comunicación y marketing se desdibujan. La comunicación se ha convertido en una función integral que no entiende de fronteras, sino de resultados. Las fórmulas convencionales de clasificación de las audiencias o la organización por herramientas se han quedado obsoletas.

5. Nuestro mundo es digital. Los espacios off y on se han fundido ya en uno solo. Es verdad que quedan costumbres asociadas al papel impreso, pero se diluyen como los azucarillos en las redes digitales. Estamos más cerca del big data que del apretón de manos, aunque de vez en cuando guiñar un ojo siga siendo una táctica de comunicación muy útil.

6.  El tiempo es un factor de presión creciente. El acortamiento de los plazos no es privativo de la comunicación, pero le afecta particularmente. Los tiempos son on line, las respuestas se esperan con ansiedad, se busca la inmediatez. Sin embargo, la brevedad de los espacios temporales no debe alterar el tempo de la comunicación, cuyas respuestas más certeras suelen gestarse en el medio y largo plazos.

7. Se imponen los formatos cortos. He aquí una consecuencia de la optimización del tiempo y la búsqueda de la comodidad. En este contexto, la capacidad de síntesis, una de las habilidades asociadas al periodismo, la creatividad y la narrativa adquieren una gran importancia.

2 comentarios

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Txema Valenzuela
21.07.2014 a las 10:35 Enlace Permanente

Básicamente de acuerdo en todo, aunque en el punto 7 empiezo a tener mis dudas. Los formatos cortos son parte fundamental en la comunicación ahora mismo, pero forman parte de un discurso más grande, sumando los cortos, salen largos. Además hay formatos, como el vídeo, en el que los tiempos se van alargando mientras se cae el mito de que la gente sólo consume vídeos cortos (cada vez hay más piezas de comunicación de más de 5 minutos en vídeo).

002
JMV
21.07.2014 a las 16:26 Enlace Permanente

Querido Txema:
Ojalá tengas razón y logremos superar la dictadura de los formatos cortos por mera comodidad. Yo sostengo que hay cosas que no caben en 140 caracteres. Sin ir más lejos, me gusta escribir largo, con pensamientos que estén argumentados, por eso el folio a menudo se me queda escaso. Ojalá no hagamos del tiempo, de su brevedad, un nuevo atajo.
Muchas gracias por tu contribución.
Un saludo.

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