No es casual que las palabras del año hayan sido «authentic» (auténtico-auténtica) y «hallucinate» (alucinar) para la editorial Merriam-Webster y el diccionario de Cambridge, respetivamente. En ambos casos se percibe la omnipresencia en la actualidad de la inteligencia artificial.
La editorial Merriam-Webster argumenta que las búsquedas del término «auténtico» han aumentado sustancialmente a lo largo de 2023, impulsadas por «historias y conversaciones sobre inteligencia artificial, cultura de celebridades, identidad y redes sociales«. Celebridades como los cantantes Lainey Wilson, Sam Smith y especialmente Taylor Swift fueron noticia en 2023 con declaraciones sobre la búsqueda de su “voz auténtica” y su “yo auténtico”.
Según esta empresa, «auténtico» tiene varios significados, que incluyen “no falso ni imitación» y «fiel a la propia personalidad, espíritu o carácter”. En la comunicación de la elección de la palabra del año, el editor general de Merriam-Webster, Peter Sokolowski, señala que «la línea entre lo real y lo falso se ha vuelto cada vez más borrosa, como resultado de lo cual, en las redes sociales y el marketing, lo auténtico se ha convertido en el estándar de oro para generar confianza e, irónicamente, la autenticidad se ha convertido en una actuación«.
El diccionario de Cambridge optó por el verbo alucinar tras incluir una nueva acepción vinculada a la inteligencia artificial. La definición tradicional de alucinar implica percibir algo que no existe debido a un problema de salud o al consumo de drogas. La nueva definición establece que «cuando una inteligencia artificial (un sistema informático que tiene algunas de las cualidades del cerebro humano, como la capacidad de producir lenguaje de manera que parece humana) alucina, produce información falsa«.
Los editores del diccionario afirman que la nueva definición refleja la tendencia creciente de antropomorfizar la inteligencia artificial y destacan la necesidad de abordar las alucinaciones de esta tecnología. También recuerdan «la necesidad de habilidades de pensamiento crítico al utilizar estas herramientas, porque la experiencia humana sigue siendo crucial para crear información confiable y actualizada, aunque los modelos de lenguaje grandes sean eficientes para procesar grandes cantidades de datos«.
La sociedad está ‘alucinando’ con las posibilidades que ofrece y que ofrecerá la inteligencia artificial. Nos acercamos a la singularidad tecnológica, concepto que describe ese momento en el que una inteligencia artificial supere a la inteligencia humana y desencadene un rápido avance tecnológico que podría cambiar drásticamente la sociedad y la forma en que vivimos. Sin embargo, estas ‘alucinaciones’ están más cercanas a la realidad que a la ciencia ficción, lo cual ha desatado todo tipo de miedos, incluso entre los creadores de la inteligencia artificial.
El desarrollo de esta disrupción tecnológica requiere una supervisión ética, por un lado, y una adaptación cultural, por otro. Ambos requerimientos conciernen a los comunicadores. Nuestra función es velar por la autenticidad de las organizaciones, de tal suerte que realidad y percepción coincidan. Ello implica renunciar a la posibilidad de crear alucinaciones (versiones totalmente alejadas de los hechos) en las mentes de los grupos de interés y utilizar la inteligencia artificial de una forma ética y transparente.
Una sociedad que alucina con lo auténtico, como está empezando a ocurrir, no es una sociedad sana. Lo auténtico debería ser lo normal, no lo extraordinario. Nunca en la historia de la Humanidad ha sido tan fácil, tan barato y tan rápido crear y difundir una mentira. Tanto es así que recuperar la autenticidad se ha convertido en un requisito fundamental para restaurar la confianza.
En tanto que nuestra función tiene una responsabilidad pública que trasciende a las organizaciones a las que servimos, los comunicadores tenemos que trabajar en los territorios de lo verdadero, lo legítimo, lo cierto, lo genuino, lo original, lo probado, lo fideligno, lo seguro, lo justificado, lo acreditado, lo certificado, lo autorizado, lo puro y lo positivo… todos ellos sinónimos de lo auténtico. Alucinemos con la verdad.
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